sábado, 13 de diciembre de 2008

La oveja descarriada

Insiste en dejarse llevar por torpes fantasías
desde que afloró en él la conciencia.
Hace ya años decidió alejarse de las cosas puramente estéticas
y se entregó sin miedo a su mundo interior.
Cuando llegó con sus dibujos bajo el brazo
y su rostro acalorado por culpa del sol
los hombres de traje oscuro lo miraron asombrados:
¿Y este quién se cree que es? Viene ante nuestra presencia
con sus zapatillas viejas
y su ropa de hombre sin hogar...¡que se retire!
El joven tímido, sin obedecer y sin subir la mirada,
extendió sus hojas sueltas sobre el mesón
de los honorables señores.
Las formas y los colores vibrantes surgieron ante sus ojos
y de ahí la vida misma hizo su aparición,
humilde, imperfecta e incompleta
la creación del hombre, la belleza sin artificios,
la más pura expresión de un mundo lleno de riquezas.
Los hombres, humillados, comenzaron a llorar.

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