sábado, 28 de noviembre de 2009

Salitreras abandonadas,
¿dónde quedaron sus leyendas?
si ya no hay voces ni oídos que las cuenten y escuchen
sólo el silencio
el suave murmullo de las almas solitarias
que no abandonaron su hogar
porque en las tumultuosas calles no hallan consuelo
de las lágrimas que derramaron
por culpa de los malditos ingleses.
Las fichas botadas y repartidas por el suelo
que eran el arroz, el aceite del jefe
pero ya no están las bocas hambrientas
que debían alimentar
porque quizá llegó demasiado tarde su momento
quizá las famélicas bocas se secaron esperando,
gritando, llorando...
y ahí yace el desierto árido
seco como los huesos repartidos
que nunca fueron encontrados
e Iquique observa silencioso
el paseo de las almas en pena
que alguna vez pidieron consuelo
y recibieron a cambio balas.
Me creo punkie
me creo emo-vintage
hablo puras leseras
me creo mis tonteras
después se me olvidan
después las encuentro
y me da vergüenza
después abro una carta
la leo y la rompo
después abro tu cabecita
con una botella quebrada
te saco lo de adentro
y se lo come Hannibal
porque a mi no me gusta
su sabor ácido
me han contado
que dices que ya no
que antes sí
ya no
no te creo!
yo sé que sí
lo sé
me miento
te miento
te mientes
te callas
te vas
Porque él dijo que el uno era blanco
el dos era transantiago
el tres sinfonía de amors
el cuatro dos pa` dos
el cinco mi mano
el seis mano enferma
el siete dias de la semana
el ocho los días que faltan
el nueve las vidas de un gato?
y el diez las veces que le voy a pegar por hablar estupideces...




paz

catarsis =)

holi pedazo de caquita :) te odio tanto, tanto :)

sábado, 14 de noviembre de 2009

ME CARGA LA GENTE QUE ESCRIBE BONITO
esos que escriben en rimas consonantes
en versos octosílabos
pero que se preocupan tanto por la forma
que olvidan
que la poesía está en la vida
no en los poemas.
Y sí, los míos son pésimos, pero
están llenos de la vida que a otros les falta
y para un poeta profesional serán una falta de respeto
mis palabras, pero la verdad no me interesa.
Que se queden ellos con sus formas vacías
con ellas ya no queda nada que inventar
en cambio
en su puerilidad
mis poemas gozan la libertad
de equivocarse una y otra vez sin parar
y sin avergonzarse
porque no los leen los críticos
y el público al que tanto temen los poetas.
Yo no escribo muy bien, pero es lo que hay
y cuando las palabras brotan como del centro de las entrañas
más vale dejarlas salir porque pueden ser tan poderosas
como una gran garra de felino y desgarrarte desde adentro
hasta hacerte sentir que tus ojos van a estallar en lágrimas.
Y cuando eso pasa tus rodillas tiemblan
y tus manos también. Tus pies se convierten en gelatina rancia
que está a punto de deshacerse
para que desaparezcas de la faz de la tierra
y en verdad sientes que esa es la única salida
quizá la mejor de todas
desaparecer
hacerse humo o polvo
y nunca más sentir que te desgarras por dentro
en lágrimas y desesperación.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Sonidos

Tu teléfono sonó.
Al contestar las palabras que escuchaste
fueron quizá las peores que vayas a oír
a lo largo de toda tu vida.
Porque en un segundo las palabras pueden destruir
lo que haya llevado años erigir:
simples palabras dichas en el tono
repetido por miles de voces a lo largo
de la historia
pero esta vez te tocó a ti oírlas
y no era lo que esperabas
y tu ceño fruncido y tus lágrimas
fueron los primeros en acudir
ni en tu ayuda ni en perjuicio,
sólo el encuentro de tus manos
que taparon tu rostro
con tu pena profunda
y sincera.
Y la tarde se elevaba,
el cielo se hacía gris
y un poco también tu mirada.
Y ahora sabes que no eres
la misma persona
sabes que esa murió un poco
contigo con el simple sonar de tu teléfono
y las palabras repetidas
tantas veces en otras llamadas.

Ayer estaba en mi silla igual que ahora
y escribía cosas inútiles como esta
que quizá nadie se de el trabajo de leer
Y mi teléfono sonó
destruyendo un poco el silencio sepulcral
de mis guarida
y las cosas se alteraron dentro de mí;
es que los sonidos pueden sacarme de mis casillas
y no es esto una manía
sino un acto reflejo de mis oídos
y mi cara se destruye
deforma
trastorna
transforma
sin que lo pueda controlar...
como ese día que paseábamos
y sonó la puta sirena de bomberos
y sentí un pánico tan intenso
que mis pies se hundían en el suelo
y tu cara al verme era la más graciosa,
un poco aterrada y divertida,
por mi trágica sensibililidad
auditiva.
En cambio, en un parque lleno de aves
mi cuerpo se convierte en una flor más
y los latidos de mi corazón se aúnan
con los sonidos de la tierra.
¿Qué es esto en lo que me he convertido?
Soy una especie de avecilla asustadiza
con los sonidos de la vida
elevados al máximo...mi equipo de sonido
es el más sofisticado.

Esta vez te llamo yo al teléfono:
mi voz roza tu oído con delicadeza
para decirte cosas simples:
sé que no te he llamado mucho
y es que mi experiencia dice que
sin palabras el dolor se puede esquivar mejor,
sé que soy una ingrata,
sé que tengo un problema de independencia patológica
pero es porque así como nací sola
y me crié sola
aún no aprendo a compartir
mi vida generosamente,
pero tienes que saber que me duele
ser de este modo tan esquivo.
Tienes que saber que cuando
siento que no me queda nada más
por lo que luchar
y la chispa empieza a desaparecer
ante mi vista
al acordarme de ti recobro las fuerzas,
levanto la mano y sé que vas a estar ahí
para mí como yo para ti.
Las cosas parecen mejores al cerrar los ojos
y con la embriaguez de los sentidos
las flores y arbustos recobran su color.
Pero la realidad es más difícil
y la verdad es que no la entiendo
entonces me sumerjo
en el alcohol
y en mi tristeza perpetua
sin distinguir una solución
y lo peor es que me estoy acostumbrando
a recobrar la conciencia
y encontrar un mundo más pútrido
y más sucias las calles y más fea la gente.
Ya no hallo consuelo en nada
y las distancias se extienden a cada
minuto más
pero al final del largo camino
que nos separa ahora
veo una pequeña chispa
esperando por mí
y por los sonidos que
emanan de nuestros pechos
al juntarnos en una sola respiración.

martes, 10 de noviembre de 2009

Violeta Parra

Arráncame el Corazón

Arráncame el corazón
la vida si es delito el adorarte,
que yo no soy la primera
la vida me muero por ser tu amante
la vida arráncame el corazón
Si el corazón me pides
por la ventana
si no tuvieras rejas
te lo entregaba
si el corazón me pides
por la ventaba te lo entregaba, sí
corazoncito
en mi pecho te tengo
retratadito
que se muere de amor
mi corazón.

domingo, 8 de noviembre de 2009

quiero llorar, pero no puedo
siento algo en el pecho
o en el estómago...

LOS ENCUENTROS DE UN CARACOL AVENTURERO

A RAMÓN P. RODA

Hay dulzura infantil
En la mañana quieta.
Los árboles extienden
Sus brazos a la tierra.
Un vaho tembloroso
Cubre las sementeras,
Y las arañas tienden
Sus caminos de seda
—Rayas al cristal limpio
Del aire—.
En la alameda
Un manantial recita
Su canto entre las hierbas
Y el caracol, pacífico
Burgués de la vereda,
Ignorado y humilde,
El paisaje contempla.
La divina quietud
De la naturaleza
Le dio valor y fe,
Y olvidando las penas
De su hogar, deseó
Ver el fin de [la] senda.

Echó andar e internóse
En un bosque de yedras
Y de ortigas. En medio
Había dos ranas viejas
Que tomaban el sol,
Aburridas y enfermas.

Esos cantos modernos,
Murmuraba una de ellas,
Son inútiles. Todos,
Amiga, le contesta
La otra rana, que estaba
Herida y casi ciega:
Cuando joven creía
Que si al fin Dios oyera
Nuestro canto, tendría
Compasión. Y mi ciencia,
Pues ya he vivido mucho,
Hace que no la crea.
Yo ya no canto más...

Las dos ranas se quejan
Pidiendo una limosna
A una ranita nueva
Que pasa presumida
Apartando las hierbas.

Ante el bosque sombrío
El caracol, se aterra.
Quiere gritar. No puede,
Las ranas se le acercan.

¿Es una mariposa?,
Dice la casi ciega.
Tiene dos cuernecitos,
La otra rana contesta.
Es el caracol. ¿Vienes,
Caracol, de otras tierras?

Vengo de mi casa y quiero
Volverme muy pronto a ella.
Es un bicho muy cobarde,
Exclama la rana ciega.
¿No cantas nunca? No canto,
Dice el caracol. ¿Ni rezas?
Tampoco: nunca aprendí.
¿Ni crees en la vida eterna?
¿Qué es eso?
Pues vivir siempre
En el agua más serena,
Junto a una tierra florida
Que a un rico manjar sustenta.

Cuando niño a mí me dijo
Un día mi pobre abuela
Que al morirme yo me iría
Sobre las hojas más tiernas
De los árboles más altos.

Una hereje era tu abuela.
La verdad te la decimos
Nosotras. Creerás en ella,
Dicen las ranas furiosas.

¿Por qué quise ver la senda?
Gime el caracol. Sí, creo
Por siempre en la vida eterna
Que predicáis...
Las ranas,
Muy pensativas, se alejan,
Y el caracol, asustado,
Se va perdiendo en la selva.

Las dos ranas mendigas
Como esfinges se quedan.
Una de ellas pregunta:
¿Crees tú en la vida eterna?
Yo no, dice muy triste
La rana herida y ciega.
¿Por qué hemos dicho entonces
Al caracol que crea?
¿Por qué?... No sé por qué,
Dice la rana ciega.
Me lleno de emoción
Al sentir la firmeza
Con que llaman mis hijos
A Dios desde la acequia...

El pobre caracol
Vuelve atrás. Ya en la senda
Un silencio ondulado
Mana de la alameda.
Con un grupo de hormigas
Encarnadas se encuentra.
Van muy alborotadas,
Arrastrando tras ellas
A otra hormiga que tiene
Tronchadas las antenas.
El caracol exclama:
Hormiguitas, paciencia.
¿Por qué así maltratáis
A vuestra compañera?
Contadme lo que ha hecho.
Yo juzgaré en conciencia.
Cuéntalo tú, hormiguita.

La hormiga medio muerta
Dice muy tristemente:
Yo he visto las estrellas.
¿Qué son estrellas? —dicen
Las hormigas inquietas.
Y el caracol pregunta
Pensativo: ¿estrellas?
Sí, repite la hormiga,
He visto las estrellas.
Subí al árbol más alto
Que tiene la alameda
Y vi miles de ojos
Dentro de mis tinieblas.
El caracol pregunta:
¿Pero qué son estrellas?
Son luces que llevamos
Sobre nuestra cabeza.
Nosotras no las vemos,
Las hormigas comentan.
Y el caracol, mi vista
Sólo alcanza a las hierbas.
Las hormigas exclaman
Moviendo sus antenas:
Te mataremos, eres
Perezosa y perversa,
El trabajo es tu ley.

Yo he visto a las estrellas,
Dice la hormiga herida.
Y el caracol sentencia:
Dejadla que se vaya,
Seguid vuestras faenas.
Es fácil que muy pronto
Ya rendida se muera.

Por el aire dulzón
Ha cruzado una abeja.
La hormiga agonizando
Huele la tarde inmensa
Y dice, es la que viene
A llevarme a una estrella.

Las demás hormiguitas
Huyen al verla muerta.

El caracol suspira
Y aturdido se aleja
Lleno de confusión
Por lo eterno. La senda
No tiene fin, exclama.
Acaso a las estrellas
Se llegue por aquí.
Pero mi gran torpeza
Me impedirá llegar.
No hay que pensar en ellas.

Todo estaba brumoso
De sol débil y niebla.
Campanarios lejanos

Llaman gente a la iglesia.
Y el caracol, pacífico
Burgués de la vereda,
Aturdido e inquieto
El paisaje contempla.

Federico García Lorca
Dedicado a quien me lo contó con tanta emoción.
Soy el mismo o soy diferente según se miren las cosas.
Los días pasados me han dejado huellas más profundas de lo que creía,
pero creo que ahora soy mejor, aunque estoy más loco
y quizás más solo...

Mis amigos crecieron conforme pasaron los años:
algunos se fueron lejos, otros siguen donde siempre,
pero en otras circunstancias. Y yo, bueno...

Mi cuerpo, más cansado que antes, me abandona a veces
guardando las fuerzas para el último minuto de lucha
ese momento crucial en que creía todo perdido
para de pronto saltar del fondo de mis entrañas
una pequeña chispa de fuego que me ayuda a salir...
mi mirada se ha plagado de tristezas y nubes frías
me opacan un poco la visión,
pero ahora pienso más claramente.

¿Soy el mismo o soy diferente?
Ya mi voz no se alza sobre las otras
rogando atención...
ahora mis oídos escuchan con mayor dificultad
pero sé oír mejor las voces ajenas,
oír en ellas el eco de mi propia voz
ahora más humilde y compasiva.

La más simple de las emociones se convierte en mi interior
en un fuego ardoroso que clama ser atendido
y la voz que antes no conseguía recordar
ahora es el más puro néctar que me alimenta
esperando el momento de volver a escucharla
cuando nos reencontremos en ese lugar que no sé dónde está.

Pequeño cuento de mierda

La monedita se extravió, porque la mano que la guardaba se sintió segura y aflojó la presión. Y el dueño se siente como la mierda, porque lo que tenía tan asegurado comprendió de pronto que no era tal. Y le hablan las nubes y el cielo con tristeza ahora que ya no tiene lo que creía suyo. Las cosas que tenía y creyó eternas, se acabaron. Entonces llegó otro transeúnte más atento que él y cogió la monedita de oro y la hizo suya. Y el distraído se quedó con las ganas de usarla, mirando cómo el otro compraba su felicidad.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Lluvia - Federico García Lorca

La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!

lunes, 2 de noviembre de 2009

Reunited, el pedazote de cover con que empezaron el concierto. Patton vestido como un chulo, cantando todo seco, canción wena, la cagó. ¡Y después quedó la cagá con From Out of Nowhere! lo pasé excelente, el detalle del desperfecto técnico no alcanzó a amargarme la noche...blá blá, estoy tan feliz, jaja. Ya, mucho.

Reunited

I was a fool to ever leave your side
Me minus you is such a lonely ride
The breakup we had has made me lonesome and sad
I realize I love you 'cause I want you bad, hey, hey

I spent the ev'ning with the radio
Regret the moment that I let you go
Our quarrel was such a way of learnin' so much
I know now that I love you 'cause I need your touch, hey,
Hey

Reunited and it feels so good
Reunited 'cause we understood
There's one perfect fit
And, sugar, this one is it
We both are so excited 'cause we're reunited, hey, hey

Brief instrumental interlude

I sat here starin' at the same old wall
Came back to life just when I got your call
I wished I could climb right through the telephone line
And give you what you want so you will still be mine, hey,
Hey

I can't go cheatin', honey, I can't play
I found it very hard to stay away
As we reminisce on precious moments like this
I'm glad we're back together 'cause I missed your kiss,
Hey, hey

Lover, lover, this is solid love
And you're exactly what I'm dreamin' of
All through the day
And all through the night
I'll give you all the love I have with all my might, hey,
Hey



Una canción ultra sexy de una banda que vi hace poco menos de dos días en vivo y aún no me la creo. Grande Patton! Grande Faith No More!