Me pregunto cuál fue el error
cuando veo las noticias y siento
que ni mi vida ni la tuya
cambiarán nada.
Y mientras tú descansas
con un pequeño alien
creciendo en tu panza
y yo te miro desde lejos
sin poder acercarme
nunca más a ti
a ti que fuiste tanto
que aún eres tanto
aún cuando
ya no recuerdo tu mirada
y tú a mí,
que te quiero como un perro a su amo
que prostituiría mi vida
mi alma y mi cuerpo
por tan sólo
un momento más a tu lado,
me miras desde lejos sabiendo
que dos vidas se interponen
entre nuestros respectivos cariños
y que esta vida no alcanzará
para reencontrarnos
y que le pides al cielo
poder volver a empezar
desde cero
aún cuando la vida
que late dentro tuyo se apague
aspirada por el pequeño
que se está tragando tus esperanzas
y yo no lo culpo, ni te culpo
culpo al momento
culpo a estas ganas de acabar todo
y estos tiempos
y culpo a estas vidas
que se nos escapan
sin poder volver a estar
como alguna vez estuvimos.
Y en este segundo
trato de abortar esta emoción
que me controla
y que me hace morir a cada segundo
con gritos
extraerla de mis entrañas a arañazos
secarla con la sal de mis lágrimas
desmembrarla con la furia del fuego que arde
en mi interior desde que te vi y me viste
ese primer día en que comenzó mi tormento.
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