Veo una gran muralla de seres humanos abalanzándose unos contra otros en esta triste estación del año...la más triste, pero la más bella. Veo almas desgarradas por el olvido y siento que tras sus miradas opacas hay una luz pequeña que se está extinguiendo...
Palpita en ellos la vida, pero siempre se oculta por el miedo a vivir. Ese miedo de algunas miradas al cruzarse con ojos sedientos de miradas, o bocas sedientas de palabras. Hay asquerosamente tanto miedo en todos: le temen a todo lo que huela a pasión, amor, locura y muerte. Le temen a la soledad y viven de acuerdo a sus miedos. Y yo, por no tener miedo, me quedo sola. Y la soledad es locura a veces, y amor. Y amor es a veces dolor. Y a veces el dolor es muerte... o vida.
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