Después de tu voz, Violeta, el silencio.
Tus palabras brotaron en medio de la oscuridad
Como la luz de un pequeño orificio en el derrumbe
Como brota el musguito en la piedra
Violeta, fueron tus palabras los luceros
Del alto cielo
Tu mirada genuina la verdad de un alma pura
Como nació el sol naciste en medio de la nada
Para llenar todo de luz y color.
¿Sabes, Violeta? Tu alma voló tan lejos
que se perdió a sí misma.
Estuvo tan lejos del mundo
que al regresar a sus corduras y soledades
nada tuvo sentido aquí.
Si estuvieses ahora, oh Violeta,
entre nosotros, nuestras vidas
no bastarían para cuidarte
serías nuestro tesoro más resguardado
y nosotros, que tanto te debemos,
daríamos gracias a la vida por tu existencia.
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