martes, 3 de agosto de 2010

NiAHÍlista

Espero nunca convertirme en una soberbia petulante a la que no se le pueda mirar a la cara porque respira y escupe ego por todos los poros. Algo así como mis profesores de la universidad que creen que descubrieron América por sacar unos cuantos doctorados o haber reanalizado palabras que se vienen repitiendo hace siglos. No. Prefiero seguir mirándolos con el orgulloso desdén de quien sabe que nada de esto tiene sentido y que cuando muera no seré más que un montón de huesos secos quemándose con la cal del suelo del Cementerio General.

Además, desde mi sillón nihilista es más simple y cómodo criticar todas las imposturas de los señoritos de tan autoaceptada intelectualidad.

Si no me cree, lea Padres e hijos de Turgénev.

Me acuerdo cuando "uno" de ellos preguntó si alguno de nosotros había leído Antígona, y yo automáticamente y sin meditarlo levanté la mano. Luego él me dijo que explicara una parte de la obra y yo le contesté que no quería. Sin embargo, a pesar de mi negativa, él insistió no sé con qué fin ante lo que le contesté: ¡Ah! No me acuerdo. Entonces tuvo que preguntarle a mi otra compañera.

Claro, pude haber contestado, pero me molestan esas situaciones y me molestó su actitud, así que me negué como buena nihilista que no se somete a ninguna autoridad. Por supuesto mi acto no fue meditado sino hasta hoy, meses después cuando me acordé de este episodio. Y me di cuenta gracias a él que a veces actúo y pienso como una nihilista.

3 comentarios:

Deya dijo...

El rechazo contra el profesor por todo su ego fue el que te provoco a no querer contestar, pero te entiendo, he hecho lo mismo con las eminencias que tengo d profesores d Dº Romano.
+1 a esa actitud.

Anónimo dijo...

Hola. Estoy escribiendo una historia y me gustaría saber tu opinión. ¡Gracias!

Alfred.Bitchcock dijo...

Se intuye que disfrutas harto de la Pasividad...Suerte (si es que existe).

Quítate del camino cuando llegue la acción si es que no quieres irte con los demás (incluidos tus maestros).