sábado, 15 de noviembre de 2008

Cuento de noviembre nº2

La niñita se tiñe el pelo negro y se pinta los ojos cual cantante de heavy metal de los años 80, porque supone que así se ve más mala. Va al bar más rancio y pide un trago fuerte, porque eso se supone que debe hacer alguien rebelde. Se sienta en el rincón con sus amigas: todas se ven igual de malas y rebeldes. Fuman y destruyen sus sistemas respiratorios con el humo, porque no les basta con que el smog lo haga antes por ellas. Tragan una botella tras otra, destruyendo su sistema digestivo y sus neuronas, porque se supone que ellas van en contra de las reglas. Sin embargo, al encender la televisión, más de la mitad de los comerciales son de copete, la otra mitad son de gigarrillos. Al salir a la calle la mitad de las personas que encuentran se visten igual a ellas, la mitad restante se tiñe el pelo negro y se pinta los ojos oscuros. Al observar a su grupo de amigas, ve que son todas iguales. Todos van al mismo bar y resulta que son todos los bares iguales a ese. Si ellas van en contra de las reglas, entonces, ¿por qué la mitad del mundo actúa igual?

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